[Publicado en www.lavozdegalicia.es ]
La crisis y la falta de medios provocan la creciente congestión de la Justicia
- El sistema, en parte anacrónico, tiene pendientes en Galicia 50.000 asuntos más que hace ocho años
Lejos de mejorar, la situación de la Justicia en Galicia está sumida en un proceso de deterioro agravado ahora por el impacto de la crisis económica. Las estadísticas del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) así lo dicen: en la comunidad se acumulaban al término del primer trimestre de este año 169.000 asuntos sin resolver, casi 50.000 más que hace ocho años. Todos los indicadores que analizan la salud del sistema judicial (las tasas de pendencia, resolución y congestión) evidencian durante este período un desgaste relativamente sencillo de explicar: los juzgados tienen más asuntos de los que pueden resolver con los medios de que disponen y su operativa actual.
La conclusión es simple. Lo que hay hasta llegar a ella ya no lo es tanto. Jueces, fiscales, abogados, procuradores y funcionarios coinciden en que los medios actuales son insuficientes, especialmente ahora que la crisis está haciendo de las suyas y la carga de trabajo se ha incrementado hasta en un 20% en algunas salas. Todos subrayan que es preciso disponer de más jueces, porque es ahí donde se concentra el cuello de botella que atenaza al sistema.
Pero ni mucho menos esa sería la panacea. El presidente del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), Miguel Ángel Cadenas, es categórico al respecto: «Este no es solo un problema de falta de medios. Es de reorganización y de modernización de los instrumentos, quizás sea preciso un replanteamiento global de lo que es la Administración de Justicia».
Ese replanteamiento integral resulta imprescindible, a los ojos de los actores del mundo judicial. Un símil informático explica con facilidad la cuestión: el sistema operativo de la Justicia en España está desfasado. Lo confirma Juan José Martín Álvarez, director xeral de Xustiza: «Tenemos una Justicia en muchos casos con procedimientos del siglo XIX en pleno siglo XXI».
La excesiva dependencia del papel y la lenta, «lentísima», asegura el abogado arousano Luis Abalo, incorporación de las nuevas tecnologías, vital para acelerar trámites como las notificaciones o incluso las ejecutorias de las sentencias, son obstáculos que abundan en la congestión de un sistema que, además, cada vez soporta mayor carga de trabajo. De hecho, los juzgados y audiencias gallegas absorbieron el año pasado casi medio millón de asuntos, un 31% más que en el 2001.
Por ello, tanto el Poder Judicial como la Xunta y el Ministerio de Justicia le tienen mucha fe a la creación de la nueva oficina judicial. En síntesis, la puesta en marcha de este proyecto supondrá una profunda transformación de la forma de trabajo y de organización de los juzgados, de modo que se crearán unidades de servicios comunes que trabajarán para varios jueces al mismo tiempo. En estos momentos, los juzgados (y su personal) operan como compartimentos estancos cuya relación no se ve alterada por el volumen de su carga de trabajo. Paralelamente, el secretario judicial verá ampliadas notablemente sus competencias y podrá realizar tareas de tramitación procesal, hasta ahora en manos de los jueces, que tendrán vía libre para dedicarse a juzgar y ejecutar sus sentencias.
El Poder Judicial confía en que la nueva oficina judicial esté operativa el año que viene. No será sin tiempo. No en vano, su implementación fue aprobada por el Congreso de los Diputados en el 2003.
Salas saturadas y otras que no lo están tanto
El discurso más recurrente entre los juristas tiende a generalizar la saturación de los juzgados. Pero la realidad dice que no es así. En Galicia hay salas realmente saturadas, incluso al borde del colapso, y otras cuya carga de trabajo se encuentra dentro de límites asumibles, de acuerdo con lo que aseguran tanto los propios jueces como la Administración autonómica.
Sea como fuere, actualmente una comisión de estudio trabaja en una reforma de la Ley de Demarcación y Planta Judicial, que data de 1988 y que se ha quedado «desfasada», en palabras del presidente del TSXG. La nueva norma ha de determinar la cantidad de trabajo a la que puede hacer frente un órgano judicial, un extremo clave para conocer las necesidades reales en función de cuestiones como la evolución demográfica y, así, descongestionar un sistema que hace aguas en puntos concretos.
Esta modificación de la normativa, al igual que la aparición de la nueva oficina judicial, se verá complementada a corto plazo por dos medidas llamadas también a poner remedio a la coyuntura actual: la creación de los jueces de adscripción territorial y la incorporación de las nuevas tecnologías, un asunto este que lleva pendiente varios años.
Respecto a la primera medida, el ministerio ya ha anunciado que el año que viene creará 50 plazas de jueces de adscripción territorial en toda España, unas ocho o nueve para Galicia. Se trata de togados con plaza de funcionario que estarán adscritos a los tribunales superiores de cada comunidad y que serán volantes, de tal forma que reforzarán los juzgados para suplir bajas, vacaciones...
Problemas por falta de espacio, por la crisis y por las reformas legales
A lo largo de los próximos días, La Voz analizará en detalle la situación y los problemas del sistema judicial en las ciudades gallegas. Con todo, este es un avance de los principales problemas a los que se tiene que hacer frente.
Lugo
El atasco en la ciudad es generalizado, aunque la situación más apurada la viven los tres únicos juzgados de instrucción. Como deben realizar una guardia semanal al mes, durante esta queda parada la actividad normal, algo que se ha puesto de manifiesto estos días debido a que el número 1 se encarga de la trama de los burdeles.
A Coruña
Los juzgados de lo social están al límite. La crisis ha elevado las demandas de despido y otras cuestiones civiles un 43%, mientras que los asuntos laborales han repuntado un 33%.
Ferrol
A pesar de ser el tercer partido judicial de Galicia, está infradotado de órganos judiciales y tanto jueces como procuradores, abogados y funcionarios se han quejado en varias ocasiones de la falta de atención a sus reivindicaciones.
Ourense
Los problemas de espacio son acuciantes. No en vano, el edificio judicial es uno de los más antiguos de Galicia. Respecto al trabajo, la saturación es total en los juzgados penales y los de instrucción, aunque son los de lo social los que se llevan la palma. La crisis ha disparado su carga de trabajo por encima del 200%.
Pontevedra
La jurisdicción más asfixiada en la capital es la de menores, que suma más de 1.500 asuntos sin resolver. La existencia de una sola sala para toda la provincia explica este colapso. Al igual que en otras urbes, los juzgados de lo social se encuentran también al límite por la crisis.
Vigo
El punto negro de la jurisdicción viguesa es la Sexta Sección de la Audiencia, que tiene más de 1.600 apelaciones pendientes y una espera que se sitúa en el año y medio. Es la sala civil con mayor atasco de las 98 existentes en España.