Lugo: La falta de inversión 'asfixia' el juzgado penitenciario


28 jun 2011



Los problemas presupuestarios que arrastra la Consellería de Xustiza se están dejando notar de manera especial en el juzgado de vigilancia penitenciaria de Lugo, el de más reciente creación. La jueza, el secretario y los funcionarios tienen que trabajar en medio de un calor asfixiante, con medios materiales muy limitados e incluso carecen de un sistema informático adecuado, aunque en este último caso es un problema común a todos los juzgados penitenciarios de Galicia.

Según denunciaron ayer los propios funcionarios, y anteriormente la junta de personal de los juzgados lucenses, la situación es ya insostenible. El problema reside en que el juzgado está situado en la última planta del edificio de la Audiencia Provincial, un edificio que fue sometido recientemente a una profunda rehabilitación. Pese a ello, no se instaló un sistema de climatización en dicha planta, una zona abuardillada que soporta todo el calor y el frío que llega directamente desde el tejado.

Los funcionarios ya avisaron de que el calor sería un problema al poco de ponerse en marcha el juzgado. De hecho, incluso un equipo de prevención de riesgos laborales realizó una visita en torno a febrero, pero entonces las mediciones de temperatura no sirvieron de mucho. «Además, vinieron acompañados por un responsable de la consellería, con lo que ya se veía que su informe no iba a servir de mucho», explica uno de los funcionarios afectados.

Con la llegada del calor, los trabajadores pidieron al menos unos estores para las ventanas, pero les comunicaron que no había presupuesto. Luego, ante la evidencia de que la situación era insostenible, se intentó otro sistema: se colocaron dos aparatos de refrigeración en la zona de los funcionarios, otro en el despacho de la jueza y otro en el del secretario; la ventilación de estos aparatos va directamente al exterior a través de unos agujeros que realizaron en las ventanas. El resultado es pésimo: no sólo no refrigeran el ambiente, sino que el ruido que producen es sumamente molesto. Este diario pudo comprobar ayer mismo que los termómetros de dichos aparatos marcaban los 27 grados, aunque la sensación de calor era mucho mayor.

La situación puede aún peor en un futuro, dado que el resto de la cuarta planta está en la misma situación, y es ahí donde está previsto que en un futuro se instalen otros dos juzgados e incluso una sala de vistas, ya que es el único espacio libre que queda entre la Audiencia y el edificio de los juzgados.

La junta de personal ya ha informado en dos ocasiones de esta situación a la jefatura territorial de Xustiza e incluso a la delegada del Gobierno gallego, con muy poco éxito. Ahora, los funcionarios van a solicitar de nuevo la presencia de un equipo de prevención de riesgos laborales y enviarán sendos escritos al presidente de la Audiencia y al juez decano.

A este problema se une además la falta de material para el trabajo, como armarios archivadores e incluso tóner para el fax, teniendo en cuenta que este juzgado intercambia más de un centenar de faxes con las prisiones provinciales cada día. Por si fuera poco, Xustiza no ha desarrollado un programa informático propio para Vigilancia Penitenciaria dentro del sistema general Minerva, por lo que cualquier diligencia se realiza con un procesador de texto externo en lugar de hacerla dentro del sistema, como en el resto de juzgados.

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El mercurio supera los 30 grados en el juzgado de vigilancia de Lugo



Los trabajadores recurrirán a la inspección de Trabajo para denunciarlo

El Juzgado de Vigilancia Penitenciara de Lugo no lleva ni siquiera un año abierto, pero las deficiencias se acumulan. Así lo denuncian los funcionarios que allí trabajan, que se ven obligados a soportar temperaturas superiores a los 30 grados. El juzgado está situado en el ático del inmueble de la Audiencia, y los trabajadores explican que, a pesar de ser un edificio de reciente construcción, está mal aislado y no cuenta con las condiciones idóneas para trabajar.

Una de esas deficiencias que denuncian es que el juzgado carece de un sistema de aire acondicionado. La temperatura en el ático contrasta sobremanera con la del resto del edificio. En las oficinas, el mercurio oscilaba ayer a mediodía entre los 31 y los 33 grados dependiendo de las zonas. En la sala de espera el aire era casi irrespirable pues está situada en un pasillo lleno de ventanales que van del techo al suelo, sin cortinas ni persianas, donde el sol pega de lleno por las mañanas. «A primera hora es el peor momento, porque el ático conserva todo el calor acumulado, sobre todo porque aquí da el sol y no hay cortinas en ninguna ventana», contaba ayer una trabajadora.

Lo único con lo que cuentan son unos aparatos conocidos como pingüinos para refrescar el ambiente, pero son insuficientes a pesar de que los ponen a 16 grados. Además, para que el tubo del aire salga al exterior les agujerearon las ventanas. Los que se sientan cerca de esos aparatos tienen que soportar, de este modo, el frío directo del aire y el calor que desprende el propio tubo. A esto hay que añadir el ruido que hacen.

«El trabajo que realizamos aquí requiere mucha concentración, y no tenemos las condiciones idóneas para ello», afirma uno de los funcionarios.

De hecho, diferentes estudios afirman que la temperatura recomendable en el lugar de trabajo debe ser entre 20 y 21 grados, doce menos de los que ayer tenían en dicho juzgado. Los trabajadores afirman que desde la delegación territorial de la Consellería de Xustiza no les dan solución a las reclamaciones y les dicen que no hay medios. Llegados a este punto, con todo el verano por delante, tienen previsto denunciar la situación ante la inspección de Trabajo.

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