Vigo: Los juzgados aún sufren las secuelas de la tromba


6 sept 2011


Una cuadrilla de obreros reparó ayer el boquete que abrió el 21 de agosto una tromba de agua en la oficina de reparto de demandas judiciales, en el bajo del edificio de la Audiencia Provincial. Los operarios taparon un agujero en la pared de un metro de altura que dejaba al descubierto las tuberías. La inundación afectó a los libros de registro de todos los pleitos que han sido derivados a un juzgado de Vigo entre 1960 y 1990, antes de la informatización.


Una cuadrilla de obreros reparó ayer el boquete que abrió el 21 de agosto una tromba de agua en la oficina de reparto de demandas judiciales, en el bajo del edificio de la Audiencia Provincial.

Los operarios taparon un agujero en la pared de un metro de altura que dejaba al descubierto las tuberías. La inundación afectó a los libros de registro de todos los pleitos que han sido derivados a un juzgado de Vigo entre 1960 y 1990, antes de la informatización. Esta información es importante porque permite saber a qué juzgado se turnó cada caso. Actualmente, los funcionarios buscan una solución para secar y recuperar el registro de datos históricos dañados. «Si alguien quiere seguir la pista de un pleito, aquí es donde está», comenta un experto. Los ordenadores también fueron dañados por el agua pero ya han sido sustituidos, no así el mobiliario, que también resultó afectado.

El agua también dañó las plantas superiores, sobre todo las instalaciones interiores. Los obreros repararon ayer el falso techo del juzgado de lo Penal número 3 en la cuarta planta. También hay daños en el juzgado de Instrucción número 8, en la quinta, y todo apunta a que será necesario cambiar el parqué. En el mismo piso, han sufrido daños los juzgados de lo Contencioso número 1 y 2. Este último sufrió goteras durante varios años que obligó a los funcionarios a colocar cubos.

Deshumificadores

El agua también dañó documentación archivada sobre las investigaciones que, en su momento, resolvieron los jueces de Instrucción de los números 5, 6, 7 y 8 de Vigo. Estaban custodiadas en unos almacenes subterráneos, cerca de los calabozos, y zona que quedó cubierta por la repentina inundación. «El agua salía a borbotones por la puerta», relata un testigo. Los funcionarios han tendido en el suelo decenas de expedientes archivados en los sótanos del edificio de la Audiencia y enchufado un deshumificador que funciona a pleno rendimiento. El decanato y el personal han recurrido a todas los remedios imaginables como tender legajos en los estantes para escurrir el agua o mudar cientos de cajas empapadas al suelo seco.

Todo apunta a que la causa de la inundación es un taponamiento en una bajante. La misma tromba de agua causó daños en céntricas calles de Vigo.


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