Carlos Suárez-mira: ´El español es muy aficionado a pleitear porque tiene confianza en la Justicia´


18 mar 2011


Jura hoy como magistrado del juzgado de Instrucción número 2 de Ferrol de Violencia sobre la Mujer


"Habría que crear más plazas de jueces porque es donde está el cuello de botella" . "En España se hace un uso excesivo de la pena de prisión y ya hay demasiada gente en la cárcel"

Carlos Suárez-Mira (Carballo, 1966) afronta "con mucha ilusión" la nueva etapa que empezará el lunes. Llegará, como magistrado, al juzgado de Instrucción 2 de Ferrol de Violencia sobre la Mujer. Es un reto más en su variada carrera profesional, que le hizo pasar antes por cargos relacionados con la administración o la docencia universitaria. Por ahora, dice Suárez-Mira, esta tarea le mantendrá "quieto" durante un tiempo, pero no descarta proponerse más retos laborales. El que ahora ha conseguido lo "maduró" durante varios años

El nuevo magistrado del juzgado de Instrucción número 2 de Ferrol desmonta algunos tópicos sobre la Justicia. Los delincuentes están en la cárcel, pero quizá demasiados, los jueces trabajan, y mucho, y el colapso en los tribunales sólo se soluciona con más profesionales. Carlos Suárez-Mira, colaborador de LA OPINIÓN, habla de lo que más sabe: derecho.

-Accede a la carrera judicial como 'jurista de reconocido prestigio'. Al ser el primero de su promoción, eligió destino. ¿Por qué Ferrol y por qué Violencia sobre la Mujer?

-En Galicia tenía las opciones de Ferrol y Lugo y Ferrol está más cerca de Coruña, donde vivo. Además el tipo de juzgado, de instrucción, también me gusta porque se ocupa de la investigación de los delitos y es algo que me apetecía. Y de la violencia de género, es una materia que ya conozco y para mí no supone ninguna carga, al contrario, me apetece.

-¿Necesita una revisión la ley de violencia de género?

-Creo que esta materia siempre es susceptible de mejora. Digamos que la situación es la que es, hay una cifra importante de delitos en este ámbito y hay que avanzar desde el punto de vista legislativo y judicial, además de las medidas sociales, que no son competencia de los operadores jurídicos, sino de las administraciones públicas. La ley es bastante avanzada, amplia, compleja. Desde el punto de vista de la ley poco más se puede hacer... A nivel general, está depurada. Es buena.

-¿Abandonará el ámbito académico como profesor de la Universidade da Coruña?

-En principio lo que voy a hacer al llegar al juzgado es ver la cantidad de trabajo que tengo por delante y, si está con atrasos o con mucho trabajo, como suelen estar la mayoría de juzgados en este país, probablemente me tenga que dedicar en cuerpo y alma a esta labor. Y más adelante, si hay tiempo, lo retomo. Lo primero es lo primero. Sin duda lo echaré de menos.

-¿Ha visto cambios en sus 20 años como docente?

-Sí, y no siempre son para mejor. El alumno actual, dentro de que los hay muy brillantes, lo que es la labor de estudio, de varias horas y de esforzarse mucho, no es uno de sus fuertes. Le gustan más los temas de información audiovisual, a través de internet... Digamos que el estudio de un tocho de derecho, como en los viejos tiempos, va menguando. Y no debería, porque el derecho es importante estudiarlo, no sólo memorísticamente, que también, sino comprensivamente.

-Como director de la Escola Galega de Administración Pública habló de la falta de valoración de los funcionarios por parte de la sociedad. Ahora, como magistrado, ¿qué cree de la opinión sobre los jueces?

-Cada pérdida de prestigio tiene sus propias razones, no hay una común. En la Justicia tiene que ver con los retrasos que se producen, pero claro, es que en España ingresan cada año en los juzgados unos 10 millones de asuntos y no se llega a 5.000 jueces. Si hacemos una división, ya vemos a cuánto tocan... Evidentemente, es difícil de asumir que se vaya a resolver en tiempo y forma. Se resolverá con retraso. Y una Justicia retrasada es una mala Justicia. Es fácil identificar que los jueces trabajan poco, pero en absoluto, es del personal que más trabaja de este país.

-Usted negó la creencia extendida de que el delincuente entra por una puerta y sale por la otra...

-Esta percepción es absolutamente falsa. España es el país de Europa que tiene mayor población penitenciaria y sin embargo es de los que tiene menor tasa de delitos. Una de las razones de que exista esta población reclusa es la dureza del Código Penal, que también hay la idea de que es blando. De blando, nada. Es uno de los más duros del entorno europeo con diferencia. Se puede llegar nada menos que a una pena de 40 años de prisión de cumplimiento efectivo.

-¿Y cuál es la raíz de la confusión?

-A lo mejor por tema de pequeñas faltas, pero es que no se puede meter en la cárcel a un señor porque le robó a otro 200 euros. Evidentemente, esa delincuencia menor es molesta, pero no se trata de que todo el mundo tenga que estar en la cárcel. Ya está demasiada gente en la cárcel, frente a otros países, como Inglaterra o los países nórdicos con tasas de delincuencia muchísimo mayor y una población mucho más baja. ¿Por qué? Porque acuden a otro tipo de sanciones: trabajos en beneficio de la comunidad, multas... En España se hace un uso excesivo de la pena de prisión.

-¿Y las últimas y continuas peticiones de instaurar la cadena perpetua?

-Es jugar un poco con el lenguaje. La cadena perpetua la hay en otros países, como en Alemania, pero no hay que interpretar el término en sentido literal, el señor no se muere en la cárcel, sino que a los 15, 20 o 25 años, según qué países, se revisa esa condena y a lo mejor esa persona se excarcela. Y en España hay penas de 40 años, con lo cual, nuestro régimen punitivo es mucho más duro que otros que tienen un catálogo de penas con cadena perpetua.

-¿Qué se puede hacer para resolver el colapso judicial?

-Una cultura de la mediación judicial no sería mala. El español es muy aficionado a pleitear, a buscar la tutela judicial, lo cual no es malo, existe una confianza en la justicia. Se podrían buscar otras vías de resolución extrajudicial del conflicto. Sería un paso importante para disminuir la carga de los juzgados. Pero una de las cosas que habría que hacer es la creación de más plazas de jueces, porque al fin y al cabo donde está el cuello de botella no es tanto en el funcionariado sino en los jueces, que son los que tienen que resolver. El juez no puede resolver como una máquina. Es un proceso que lleva su tiempo.

-Fue responsable de la Academia Galega de Seguridade, ¿qué opina de la fusión de policías locales?

-En un entorno de crisis no es mala solución, porque en Galicia existen muchos municipios y algunos de ellos muy pequeños, y tienen un cuerpo de policía muy reducido, de uno o dos miembros. No tiene mucho sentido mantener muchos cuerpos policiales cuando se puede hacer uno solo más grande, bien coordinado, que dé servicio a todos esos territorios. No me parece mal eso, como tampoco me parece mal que pudiera haber un proceso de reflexión sobre la posibilidad de fusionar municipios pequeñísimos, que no tienen prácticamente medios económicos para atender dignamente a sus vecinos.

-¿La crisis provocó el aumento del número de delitos?

-Yo no tengo esa percepción y los compañeros jueces tampoco me dicen que hayan notado que hay un incremento de la delincuencia. A lo mejor sí de la actividad judicial por otros motivos, por concursos e impagos, pero el hecho de que como ahora somos más pobres, se roba más, no es algo que se perciba.

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