Justicia Revuelta


4 dic 2012


La Justicia está rara. O mejor dicho, los jueces tienen comportamientos extraños los últimos tiempos. No me refiero a sus instrucciones, autos o sentencias sujetas con frecuencia a la polémica. Hablo de su actitud y opiniones ante los asuntos públicos relevantes y aquellos otros que les afectan por su condición de servidores públicos como funcionarios.  
Estábamos en tiempos de Zapatero cuando comenzaron a llamar la atención con insistentealboroto de togas. La mayoría pensamos entonces que era  la mera presencia al frente del Gobierno lo que los embroncaba. Entonces Zapatero era principio y causa de todo mal.  Pero el presidente leonés ya no está, vive (¿vive?) clandestino y, sin embargo, los jueces siguen creciendo en desazón y protesta.
En el comienzo de todo parece que está la cuestión económica, los recortes salariales, la poda de días de holganza, etc. También se cree que el juez, fiscal o secretario joven ya no se ve como autoridad del Estado sino como un asalariado más, o sea, un puto funcionario. Sin embargo, no son estos  asuntos los que reflejan en sus pancartas. Se apuntan a las “causas justas” como los desahucios o las tasas disparatadas de Gallardón. Incluso hacen pinitos discursivos sobre atracos como Bankia o el engaño masivo de las preferentes.
 Su presencia es tan novísima y sorprendente que incluso la prensa y las redes sociales los embarcan en la nómina de descontentos y luchadores contra los males de la patria. ¿ Pero quiénes son estos hombres y mujeres, de dónde salen?. Pues todos son personas de orden, respetados en sus ámbitos respectivos y algunos de ellos jueces decanos de Audiencias  y magistrados del Supremo. Los más destacados en la protesta son tan conservadores que incluso han abandonado la muy conservadora Asociación Profesional de la Magistratura “por condescendiente”. Van por libre dando soflamas populistas y defendiendo reformas que les otorguen el poder “que siempre tuvieron” en la judicatura. No quieren a Gallardón porque sospechan que pretende reservarse el gobierno de los jueces para sí y el Parlamento,  y eso se llama “politizar la justicia”.
En esas estamos. Pulsos por el salario, el poder y el control de la maquinaria de la Justicia. Ah, los miembros de Justicia Democrática se emplean tal cual un sindicato de izquierdas e influencias.
Publicado o 03/12/2012 en www.pepenevado.es
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