La justicia gallega ya no es cosa de hombres


15 mar 2011


Galicia es una de las cinco comunidades en las que el número de mujeres juez supera ya al de hombres aunque su presencia en el Tribunal Superior y las audiencias todavía es pequeña


Toma de posesión el verano pasado en Galicia
Mujer, con menos de 40 años y poco más de una década de experiencia. El nuevo perfil de los jueces gallegos poco tiene que ver con la imagen tradicional de la magistratura, una profesión considerada durante décadas cosa de hombres hasta que la reciente y masiva incorporación de la mujer a los juzgados logró darle la vuelta a la tortilla. El 50,17% de los magistrados que ejercen en Galicia son mujeres, un predominio femenino que, pese a todo, aún no se ha extendido a todas las comunidades ni a los escalafones más altos de la profesión

De la corta lista de profesiones que durante años parecían vedadas a las mujeres, hace tiempo que ya se ha podido tachar la judicatura. Así lo demuestran las estadísticas del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que año tras año revelan un incremento constante del peso de la mujer en una profesión tradicionalmente masculina. Galicia es un claro ejemplo de su rápida incorporación a la judicatura porque desde el año 2008 la mayoría de los titulares al frente de sus juzgados han dejado de ser hombres. A 1 de enero de este año, el 50,17% de los jueces destinados en la comunidad eran mujeres, un predominio femenino que, de momento, aún no se ha trasladado al conjunto del país.

De hecho, solo otras cuatro comunidades tienen más mujeres jueces que hombres: Cataluña, Valencia, Madrid y el País Vasco, que destaca con diferencia sobre las demás al contar con un 61% de sus juzgados dirigidos por mujeres. En el resto del país, la presencia masculina en la judicatura sigue siendo mayor, como en Navarra, donde apenas el 38% de las plazas de magistrado están ocupadas por una mujer.

Es el único caso en el que se da un desequilibrio tan grande porque en el resto de España la tendencia común es que la distancia entre ambos sexos se vaya recortando cada vez más. Así ha ocurrido desde que el CGPJ analiza la estructura demográfica de la profesión, una estadística que revela que desde 2005 hasta la fecha las mujeres han pasado de copar el 43,95% de las plazas al 48,35%.

La relativamente reciente incorporación de la mujer al mundo de la judicatura se nota también en su perfil. Y es que la mitad de las juezas gallegas -75 de 151- tienen entre 31 y 40 años y lo más llamativo: ninguna de ellas está próxima a la edad de jubilación.

Ligada a la juventud de las juezas gallegas va también la experiencia ya que con una media de 11,3 años de ejercicio se quedan lejos de los 17,2 de sus colegas varones.

La prevalencia de mujeres entre sus señorías, sin embargo, no es común a todos los órganos. Así, mientras en el ámbito civil (juzgados mixtos, de Instrucción y de Primera Instancia) prácticamente duplican en número a los hombres, en los puestos de más peso, que requieren mayor experiencia por su responsabilidad y reservados para jueces que ya hayan ascendido a magistrado, su presencia aún es minoritaria, con solo ocho mujeres ocupando alguno de las 37 puestos del TSXG y 16 magistradas en las 52 plazas que hay en las audiencias.

Movilidad

Galicia es una de las principales canteras de jueces de España. De las 135 personas que este año elegirán su primer destino tras completar las prácticas en la Escuela Judicial de Barcelona, 15 son de origen gallego, lo que convierte a esta comunidad en la tercera que más sangre nueva aporta cada año a la judicatura. Las plazas vacantes en los juzgados de la comunidad, sin embargo, no son suficientes para acoger a todos los jueces en primer destino. Eso explica, en parte, por qué el año pasado el 18% de los 301 jueces que hay en Galicia cambiaron de órgano. La mayoría (un 12%) ni siquiera abandonó la provincia aunque un 3% se marchó de la comunidad para ocupar otro destino. Galicia, pese a todo, tiene una de las plantillas judiciales más estables del país y en 2010 fue la séptima comunidad en la que más jueces conservaron su destino.

Enlace permanente