http://www.escolar.net/MT/archives/2009/01/clara-berta-rita-y-las-punetas.html
En aquellos años en los que cuando se decía PC la gente aún pensaba en el Partido Comunista, había en España tres superordenadores y sólo tres. El primero fue Berta, el cerebro del Ministerio del Interior, donde se almacenaban las huellas de todos los DNI, las multas de tráfico, las fichas policiales… A Berta la jubiló Clara, otro superordenador tan inquietante que hasta hubo una investigación oficial para comprobar si provocaba cáncer entre sus usuarios.
El segundo superordenador que llegó a España fue el Duque de Ahumada, el cerebro (con perdón) de la Guardia Civil. Y el tercer gran paso tecnológico de la tortuga Administración fue Rita: el superordenador de la renta donde se guardan todos los datos fiscales. Rita consiguió, nada más llegar, que Hacienda fuésemos todos un 25% más.
Rita, Berta y el duque. La poli, la pasta y viva la Guardia Civil (¡viva!). Basta con seguir el rastro de los superordenadores para entender cuáles han sido las prioridades gubernamentales en la modernización de la Administración durante los últimos 30 años. ¿Y la Educación? Mejor no hablar. ¿Y la Justicia? Hablemos de ello.
A los juzgados españoles les ha pasado como a muchas aldeas africanas, que tienen televisión por satélite pero no agua corriente. Mientras se acartonan los legajos, una lista de correo de su intranet ha conseguido movilizar a los jueces en la que será una huelga dos punto cero, una modernísima huelga movida desde Internet.
Sus razones son más que discutibles, pues está feo que el poder judicial le enseñe los dientes al legislativo cuando les legislan el horario; sería como si los diputados hiciesen huelga si una sentencia no les gusta. Pero sí tienen razón en una cosa: el atraso subdesarrollado de nuestra Justicia merece un pataleo. Aunque tendríamos que ser los demás ciudadanos, y no los jueces, los que protestásemos por ello.