CCOO responde a las desafortunadas declaraciones de Alberto Ruiz Gallardón


8 mar 2012



08-03-2012. La Secretaría Confederal de la Mujer de CCOO lamenta las desafortunadas declaraciones de Alberto Ruiz Gallardón, ministro de Justicia, en las que afirma que "La violencia de género estructural" lleva a las mujeres a abortar.

Nos permitimos recordarle que una de las principales prioridades del Gobierno es prevenir la violencia machista allí donde se dé (en las parejas, en las calles, en las aulas, en el trabajo) y proteger a las víctimas de violencia de género. Asimismo su obligación como ministro de Justicia pasa por trabajar en la persecución del delito de maltrato, especialmente cuando el resultado de dicho maltrato es la muerte.

La principal amenaza de las mujeres está en la discriminación laboral (en el acceso, en la promoción y la permanencia en el empleo, en los salarios…) que ocasiona empobrecimiento y lleva a muchas mujeres a depender económicamente de terceras personas. Una situación de inseguridad que no permite tener expectativas para el presente ni proyección de futuro. Inseguridad que lleva a muchas mujeres que sufren maltrato a aguantar situaciones intolerables debido a su carencia de recursos y su falta de autonomía.

Las mujeres ya tienen mucho "trabajo" (no remunerado), pero lo que quieren es "empleo", pero no un empleo cualquiera sino de calidad. La sociedad además necesita de servicios públicos que permitan atender las necesidades de menores y de personas dependientes, una tarea que sigue recayendo fundamentalmente en ellas.

Las mujeres defienden la vida porque dan vida, pero han de decidir cuándo desean ser madres. La maternidad no es un derecho, es una opción. El aborto sí es un derecho y Comisiones Obreras continuará apostando por el derecho a decidir de las mujeres.




Gallardón y la hipocresía estructural

por Ignacio Escolar


Si el ministro de Justicia quiere apoyar la maternidad, que se olvide de la reforma de la ley del aborto. Las soluciones son otras: más guarderías públicas, horarios laborales razonables, multas más duras contra las empresas que discriminen a las embarazadas, permisos de maternidad y de paternidad como los de Escandinavia y viviendas subvencionadas en alquiler para las parejas jóvenes que se quieran emancipar.
Si al ministro de Justicia le preocupa “la violencia estructural” contra la mujer, que no toque la ley del aborto. La solución no está en su departamento, estaba en el extinto Ministerio de Igualdad, en las leyes contra la violencia de género y contra la discriminación de la mujer; esas medidas de las que tanto se burló el PP cuando estaba en la oposición y que hoy no se sabe con qué dinero se van a pagar.
Si el ministro de Justicia quiere evitar los embarazos no deseados, que no nos cante milongas sobre el aborto. La solución pasa por la educación sexual en los colegios, las campañas de fomento del uso del preservativo y la píldora del día después

Pero el ministro Alberto Ruiz-Gallardón en realidad no cambia la ley del aborto para apoyar a la maternidad, ni para combatir la violencia de género ni para evitar los embarazos no deseados. Todas estas excusas son tan falsas como la imagen progre del exalcalde de Madrid. La reforma que plantea el Gobierno –regresar a la ley de supuestos, en vez de la actual ley de plazos– lo único que busca es apaciguar al sector más conservador del PP, en contra de lo que opina la mayoría de la sociedad

Si se vuelve a la regulación anterior, las españolas podrán abortar, pero lo tendrán que hacer sin que se note y con subterfugios: mintiendo a un psicólogo para poder tomar esa difícil decisión o, si la reforma es muy reaccionaria, viajando a Londres (quienes lo puedan pagar). Mezclar la “violencia estructural de género” con el aborto es solo otra hipocresía más. También un insulto a las mujeres, a las que el paternal ministro trata como si fuesen menores de edad.

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Publicado el 08/03/2012 en www.escolar.net

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