Un peculiar paseo por el Madrid de quienes lucharon y luchan


18 sept 2011


La periodista Nativel Preciado presenta su crónica "Nadie pudo con ellos. Toda una vida luchando por los derechos y la libertad". Su libro fija su atención en la familia Camacho, especialmente en Josefina Samper Rosas, a quien entrevista largamente, en su hija Yenia y su hijo Marcel, para contar aquellos años de lucha, represión, cárceles, huelgas, manifestaciones, penurias económicas, solidaridad y generosidad

Nativel Preciado define su último trabajo como una "crónica", una crónica periodística de unos tiempos bien difíciles, los de la dictadura franquista, y la de un puñado de personas luchadoras que pasaron su vida resistiendo. Gente hecha de otra pasta: "¿Cuál es el secreto de esa fortaleza que tienen algunos hombres y mujeres?", se pregunta. Para contestarse que probablemente el secreto esté en la resistencia y en la dignidad.

Su libro fija su atención en la familia Camacho, especialmente en Josefina Samper Rosas, a quien entrevista largamente, en su hija Yenia y su hijo Marcel, para contar aquellos años de lucha, represión, cárceles, huelgas, manifestaciones, penurias económicas, solidaridad y generosidad: "Si he elegido a los Camacho como ejemplo de resistencia y dignidad es porque su historia carece de grietas, fisuras o desfallecimientos. Cuando en España llovían piedras, ellos aguantaron la tormenta a cuerpo descubierto", explica Nativel Preciado en el prólogo.

A bordo de un autobús amarillo, un buen puñado de periodistas tuvo el privilegio de disfrutar -acompañados por unos guías de excepción: Vicenta Camacho, Josefina, Yenia, Marcel y la autora del libro- de un paseo diferente por aquel Madrid gris y duro, pero también apasionado y cargado de generosidad.

"Adónde vamos primero", pregunta Josefina y la respuesta no se hace esperar: "A casa". A su casa, la que compartió con Marcelino desde 1960 y que se vieron obligados a dejar por no tener ascensor, en los últimos años. Josefina encantada de regresar a su barrio, feliz de contar una y otra vez su historia, sin síntoma alguno de cansancio: "Marcelino no me lo permitiría". Así la extraña comitiva le acompaña a la famosa tienda donde siempre compra sus magdalenas de Toledo y muchos vecinos y vecinas se acercan a saludarle, a darle un abrazo. Y los periodistas suben por turnos hasta su casa, allí donde aún se encuentran muchos de los libros y papeles de Marcelino Camacho, aunque los recuerdos personales cada vez sean menos, porque siempre que pasa por allí se lleva algo más consigo.

La siguiente parada es la antigua cárcel de Carabanchel. Y Nativel Preciado cuenta cómo le impresionó que Josefina siempre hubiera tenido claro a la hora de comprar su piso que estuviera cerca de la cárcel, sabedora de que en más de una ocasión habría de visitarla. De la antigua cárcel no queda nada, tan sólo una puerta y miles de historias que contar sobre el horror que habitaba dentro, sobre todo en la 3ª y la 6ª planta donde iban a parar los presos políticos.. Allí Marcelino pasó grandes penosidades que se negó a contar a su familia. Una cárcel cercana a la que llegar desde casa atravesando un descampado. Un descampado donde aparcar la tristeza, porque ésta nunca tenía cabida en las visitas.

Tras la imposibilidad de acceder a la escultura "El abrazo" de Juan Genovés, en la que aparece Josefina Samper, y a la sede de los abogados laboralistas asesinados en 1977, la última parada es la antigua sede de la Brigada Político Social en la Puerta del Sol, donde Josefina Samper y Vicenta Camacho pasaron algunos largos días y donde los malos tratos y la tortura eran habituales. Nativel Preciado le dedica otro capítulo en su libro. Y además escribe, entre otros, sobre la importancia de los curas obreros, el proceso 1.001, el papel de la prensa extranjera y el trabajo de los periodistas que vivían bajo amenazas. El libro, publicado por Espasa Libros, termina con un capítulo dedicado a la legalización del PCE y de CCOO.