Entrevista ao presidente do TSXG


24 oct 2009


Publicado en www.elcorreogallego.es

Miguel A. Cadenas: “El problema del juez es hacer el trabajo diario”

  • “Es necesario crear órganos judiciales específicos que resuelvan cuestiones de menor importancia”

 

cadenas_20091024 Miguel Ángel Cadenas Sobreira (Ourense, 1947; casado: dos hijos) inició la carrera judicial, en 1974, en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Única de O Barco de Valdeorras. En 1979 ascendió a magistrado y ocupó plaza en las Magistraturas de Trabajo de Burgos y Vigo. Fue presidente de la Audiencia Provincial de Ourense desde 1986 hasta 1989, año en el que se trasladó a la sección tercera de la Audiencia Provincial de A Coruña. En julio de 1995 tomó posesión como magistrado especialista en la Sala de lo Social del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). En diciembre de 2008 fue designado presidente del TSXG por el pleno del Consejo General del Poder Judicial. Miguel Ángel Cadenas pertenece a Jueces para la Democracia.

– ¿Qué opina de la propuesta de crear Tribunales de Comarca?

– La planta y demarcación está regida por una ley de 1988. Y desde esa han cambiado muchas cosas. El trabajo cuantitativo en la jurisdicción también cambió y obliga a replantear la carga de trabajo de los órganos judiciales y, en función de ello, determinar la planta y luego, la demarcación. En este contexto se habla de que el partido judicial, como unidad territorial, podría no ser idóneo. Pero yo no sé si sería mejor sustituirlo por la comarca. Hay una comisión que está estudiando una reforma posible de la Ley de Planta y Demarcación. También tienen gran importancia las especializaciones, porque eso podría significar que un juez en una determinada materia pueda conocer, al margen de la circunscripción de un partido judicial. Eso alteraría el concepto tradicional de partido o de comarca. Y después está la necesidad de crear órganos específicos que resuelvan cuestiones de menor importancia. Hace años había los Juzgados de Distrito. Normalmente, las resoluciones de los jueces de Distrito eran recurridas ante los juzgados de Primera Instancia y no ante la Audiencia. Al suprimir los juzgados de Distrito, cualquier cuestión menor tiene que ser resuelta por un Juzgado de Instrucción en materia penal, Juzgado de lo Penal o la Audiencia provincial, y en materia civil, Juzgado de Primera Instancia, apelación a la Audiencia provincial.

– ¿Los Tribunales de Segunda Instancia deberían estar ubicados en función de dónde están las necesidades y no de dónde esté la capital de la provincia?

– En muchos casos es así. En Pontevedra, dos secciones de la Audiencia provincial, una penal y otra civil, tienen sede en Vigo. En A Coruña, la sección sexta, aunque es mixta –civil y penal– está en Santiago. Cuanto más se aproxime geográficamente la Justicia al justiciable, mejor. Ahora, hay que tener cuidado, porque no puede ser que la creación de una sección de un órgano colegiado en una ciudad que no sea la capital de provincia, se colapse y se preste un peor servicio que si siguiera integrado en la capital de provincia. Al final es un problema de demanda de justicia y de racionalización de la distribución de Justicia.

– ¿Cómo se entiende que haya habido que esperar al Plan de Modernización de la Justicia, para que las comunidades autónomas se pongan de acuerdo en hacer compatibles los sistemas informáticos y unirse en red?

– Eso habría que preguntárselo a las comunidades autónomas y al Ministerio de Justicia, porque los jueces y los funcionarios judiciales venimos sufriendo desde hace muchos años esta situación. No teníamos registros comunes, no podíamos conectar con los registros de otras administraciones. Y eso no sólo provoca disfunciones judiciales graves o errores patentes, mediatiza el trabajo diario de los órganos judiciales. A los funcionarios judiciales nos dan los medios, no los autogestionamos, y lo único que decimos es que nos doten de un sistema informático adecuado, compatible con otras administraciones: con la Policía, con Hacienda... Porque los juzgados también ejecutamos, y ejecutar significa buscar bienes.

– ¿La Justicia española está más cerca del siglo XIX o del s. XXI?

– Llevo en la carrera judicial más de treinta años, y he visto evolucionar a los órganos judiciales y a la infraestructura judicial, pero siempre insuficientemente y con retraso. En otras épocas la evolución tecnología era menor y se notaba menos, pero en estos últimos años la evolución tecnológica es enorme, y se ha provocado un mayor aislamiento en la interrelación de la Administración de Justicia con las otras administraciones y con la sociedad, precisamente porque esa evolución tecnológica no ha llegado a los órganos judiciales..

– Cuando los jueces reclaman reformas ¿están pensando en ellos o en los ciudadanos?

– En la medida que el juez no pone en ningún término exigencias retributivas, sus reclamaciones no pueden ser tildadas de interesadas. Yo le puedo garantizar que, en el círculo que me muevo, mayoritariamente las reivindicaciones retributivas o no han aparecido o han aparecido en muy último lugar. La preocupación diaria fundamental de los funcionarios judiciales son el trabajo y las condiciones de trabajo, y de ahí surgen las reivindicaciones para poder hacerlo mejor.

– La Justicia es uno de los pilares del Estado de derecho, y hay gente que se pregunda si el Estado se puede poner en huelga.

– El poder judicial es un poder del Estado y uno de los tres poderes en la división clásica de judicial, ejecutivo y legislativo. El artículo 117 de la Constitución dice que la Justicia emana del pueblo y es administrada en nombre del Rey por jueces y magistrados integrantes del poder judicial. El problema sobre el derecho de huelga de jueces y magistrados es la relativa equivocidad de la Constitución, porque les prohíbe sindicarse y, sin embargo, les permite asociarse. Los jueces son poderes del Estado, pero también son funcionarios públicos, y los funcionarios tienen derecho de huelga, reconocido en una ley de 1993 que regula el personal estatutario, también lo reconoce el Estatuto Básico de Empleado Público de 2007. Pero es muy difícil conciliar lo de ser un poder del Estado con ejercer el derecho de huelga, pues por esencia es suspensión de la actividad profesional. Y la suspensión de la actividad profesional en un juez, significa dejar en suspenso su función básica, que es dar tutela judicial efectiva.

– ¿Es razonable que la instrucción del caso del ‘Prestige’ la lleve el Juzgado de Instrucción de Corcubión?

– Por ley, tenía que ser el Juzgado de Instrucción número 1 de Corcubión. No se podía alterar. Las medidas de refuerzo no se adoptaron hasta 2008, y lo del Prestige se produjo en 2002. Eso y que hubo una sucesión de jueces que pasaron por el Juzgado de Instrucción, provocó muchos problemas en la tramitación de la instrucción. Actualmente, la instrucción está en fase terminal. Y la Audiencia Provincial ha resuelto que los sujetos imputados son el capitán, dos mandos del barco y el entonces director general de la Marina Mercante.

– ¿Cuándo se celebrará el juicio?

– Todo aboca a que se celebrará de forma ya definitiva en 2010, sea antes o después del verano.

– ¿La maquinaria de la Administración de Justicia ha aprendido algo con lo que está pasando con el caso ‘Prestige’?

– Con el caso Prestige y algún otro caso episódico que tiene una gran repercusión social económica y jurídica. No se trata de que la Administración de Justicia en un momento determinado, por la dimensión excepcional de un asunto, pueda asumir con normalidad ese asunto. Para mí, el problema fundamental de la Justicia es que diariamente no pueda asumir el trabajo normal que hacer en el juzgado. Este es el verdadero drama social y profesional de los jueces. Lo que hay es que mantener con carácter general y permanente una infraestructura judicial que, en momentos de crisis, pueda asumir razonablemente los incrementos de carga de trabajo. La función de los órganos judiciales es una función fundamental y constitucional en una sociedad moderna y civilizada.

_ ¿Cómo es posible que la Justicia no haya intervenido a tiempo para detener el estado alarmente de deterioro que hoy presenta la costa gallega en urbanismo y medioambiente?

– Si hablamos de problemas urbanísticos y de salud ambiental, la Justicia no debe actuar, y de hecho no actúa, si no hay una denuncia, una querella, una actuación de un tercero, de la noticia al crimen, que se traslada al órgano judicial. El aspecto urbanístico se fragua en organismos públicos, básicamente los ayuntamientos, y de ellos es la responsabilidad primaria. El organismo judicial actúa a posteriori, cuando ya se ha producido la irregularidad, para investigarla. A cada uno lo suyo.

– Según la Memoria de la Justicia en Galicia, que usted acaba de presentar, hay múltiples sedes judiciales saturadas, ¿qué hacer para remediarlo?

– Es un problema real y, además, está reconocido en el plan de infraestructuras de la Xunta de Galicia. En el plan se prevé la construcción de nuevo edificio en A Coruña, donde han tenido que salir del edificio de los juzgados unidades judiciales de lo Mercantil y de lo Contencioso Administrativo. En el propio TSXG tenemos problema de ese estilo, sobre todo en lo Contencioso Administrativo; no hay sitio material donde albergar los expedientes y si usted sube a la tercera planta verá expedientes en los pasillos. En el TSXG hay más de 19.000 asuntos en estos momentos, sólo en la Sala de Contencioso; en la Sala de lo Social hay nueve mil y pico. ¿Cómo se custodia debidamente eso? En Santiago está prevista la construcción de un edificio al lado de los ya existentes, y también en Ferrol. En Vigo el espacio judicial está saturado y se está pendiente de acabar el tercer edificio de la famosa ciudad de la Justicia, que conectaría con los anteriores; en Pontevedra también está saturado. En Ourense se está empezando a construir el nuevo edificio, pero me consta que se han tenido que ocupar parte de los pasillos, para tabicarlos y meter allí algún nuevo órgano judicial. No se trata de reclamar espacio como un fin en sí mismo, pues el espacio es un instrumento para que los órganos judiciales realicen su función. Asuntos de familia y de violencia de género exigen espacios específicos para salvaguardar los derechos de los justiciables y, sobre todo, de las víctimas.

 

El perfil

"Al cine suelo ir siempre de noche"

¿En qué lecturas anda?

En el verano estuve leyendo Ilustrísima, de Carlos Casares, y Donde el corazón te lleve, de Susanna Tamaro. Y ahora tengo por la mesilla de noche algunos libros, con la intención de acabra de leerlos,: uno de cuentos de Rafael Dieste, uno de poesía y narrativa de Álvarez Blázquez, que tiene un gallego dificilísimo que me cuesta entenderlo, un librito sobre San Andrés de Teixido, y alguna cosa más.

¿Va con frecuencia al cine?

Sí. Suelo ir siempre de noche: mi mujer y yo cenamos un poco por ahí y luego vamos al cine de las diez o las diez y media.

¿Y al teatro?

El problema es que hay poco y me cuesta entrar en él, quizá por falta de costumbre. Mi relación con el teatro es prácticamente con un grupo, Sarabela, de Ourense, pero hace ya mucho tiempo.

¿Qué tipo de música le gusta escuchar?

La verdad es que no me importa el tipo de música, dentro de un orden. Me gusta música clásica y me gusta música moderna. La música clásica me gusta más escucharla en solitario.

¿Por dónde van sus preferencias en artes plásticas?

Por la pintura y, en cierto modo, la escultura. En escultura me gusta Buciños, al que además conozco personalmente desde hace tiempo y del que tengo alguna escultura. En pintura, en la medida en que es posible, que tampoco es demasiado, tengo algunas obras de pintores gallegos: de Antón Patiño, porque tengo cierto parentesco con él, su madre es prima mía; Virgilio, Barreiro...

¿La arquitectura es arte?

Indudablemente, sí. En la arquitectura se debe mezclar lo estético y lo funcional.

¿Adónde le gusta viajar?

No me gusta viajar demasiado. Y me gusta viajar básicamente a ciudades y conocerlas andando por las calles.

¿En casa, participa en las tareas domésticas?

Dentro de lo que se puede, uno aporta su granito de arena. A lo mejor el granito podía ser mayor. Creo que es un problema de consenso. Se dice que las relaciones intramatrimoniales se hacen a base de pactos. Y es así: no solo pactos patrimoniales, sino pactos de autovinculación personal. Al fin y al cabo el matrimonio es una unión de hecho, una pareja de hecho, nacido de un acto de libertad mutuo y recíproco, creado en un estado de autovinculación personal y jurídica, que dura lo que dura la libertad y la voluntad de los contrayentes.

¿Cómo recibió el teléfono móvil y cómo se lleva ahora con él?

Al principio, con dificultades. Pero para eso están los hijos: para instruir a los padres en estas materias y en otras muchas. Pero ahora ya forma parte de mis cargas personales.

¿Utiliza mucho el PC portátil?

Los voy utilizando en la medida que cada vez se va haciendo más imprescindible, pero me cuesta. Lo que escribo, primero lo escribo a mano, y después lo transcribo o me lo transcriben al ordenador. En realidad, debería escribir directamente en el ordenador.