Los recortes en educación y sanidad llevarán a un serio deterioro de los servicios públicos


17 abr 2012



El secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, han criticado que el Gobierno pretenda aplicar un recorte de 3.000 millones en los presupuestos autonómicos dedicados a educación, lo que sumado a los 10.000 millones anunciados en sanidad, llevará a un serio deterioro de los servicios públicos.

Existen alternativas
En declaraciones a los medios de comunicación en el marco de una conferencia sobre empleo juvenil organizada por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Toxo ha asegurado que los recortes en la enseñanza pública "llevará a un mayor éxodo de jóvenes cualificados".

Asimismo señaló la paradoja de que se diga que "nuestra universidad goza de buena salud y al mismo tiempo se inicia un proceso destinado a hacer una reforma, no sé con qué orientación, del sistema universitario".

El anuncio del Gobierno de recortar 10.000 millones de euros en educación y sanidad es un ataque en toda regla a la educación pública y a la igualdad de oportunidades. El recorte de 3.000 millones a la educación pública se suma al recorte del 22% previsto en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2012, muy superior a la a la media del 16,9% contemplada para la mayoría de los departamentos ministeriales.

Desde el inicio de la crisis, y contando con las previsiones del proyecto de PGE 2012, los recortes en educación se aproximan a los 4.500 millones de euros, de los que unos 1.000 millones corresponden a la enseñanza superior. Todo ello se traduce en un descenso medio global del 10% de inversión educativa, situando en un 4,6% del PIB la financiación pública educativa española. La media en la Unión Europea es del 5,5% y la inversión media en este ámbito un 20% superior a la de nuestro país. Sin embargo, el recorte previsto se dispara en términos de inversión por alumno. De hecho entre 2009 y 2012 la reducción en este capítulo asciende a un 15%.

El efecto más visible e inmediato de los recortes será una reducción de personal docente con interinidad y, por tanto, de las plantillas, en torno a 100.000 trabajadores y trabajadoras y el lógico incremento desproporcionado del número de escolares por aula en todos los niveles educativos y la práctica desaparición de las sustituciones en los centros, sobre todo por las bajas por enfermedad que se produzcan. De este modo volveremos a encontrarnos con clases masificadas, un espectáculo que no veíamos en nuestro país desde hace casi treinta años.